-
-
Biblia Dios Habla Hoy
-
-
17
|2 Reyes 5:17|
Entonces Naamán dijo:—En ese caso permite que me lleve dos cargas de mula de tierra de Israel; porque este servidor tuyo no volverá a ofrecer holocaustos ni sacrificios a otros dioses, sino al Señor.
-
18
|2 Reyes 5:18|
Solamente ruego al Señor que me perdone una cosa: que cuando mi soberano vaya a adorar al templo de Rimón, y se apoye en mi brazo, y yo tenga que arrodillarme en ese templo, que el Señor me perdone por esto.
-
19
|2 Reyes 5:19|
Eliseo le respondió:—Vete tranquilo.Naamán se fue de allí. Y cuando ya iba a cierta distancia,
-
20
|2 Reyes 5:20|
Guehazí, el criado del profeta Eliseo, pensó: «Mi señor ha dejado ir a Naamán el sirio sin aceptar nada de lo que él trajo. Juro por el Señor que voy a seguirlo rápidamente, a ver qué puedo conseguir de él.»
-
21
|2 Reyes 5:21|
Y se fue Guehazí tras Naamán; y cuando éste lo vio detrás de él, se bajó de su carro para recibirlo, y le preguntó:—¿Pasa algo malo?
-
22
|2 Reyes 5:22|
—No, nada —contestó Guehazí—. Pero mi amo me ha enviado a decirle a usted que acaban de llegar dos profetas jóvenes, que vienen de los montes de Efraín, y ruega a usted que les dé tres mil monedas de plata y dos mudas de ropa.
-
23
|2 Reyes 5:23|
Naamán respondió:—Por favor, toma seis mil monedas de plata.E insistiendo Naamán en que las aceptara, las metió en dos sacos junto con las dos mudas de ropa, y se lo entregó todo a dos de sus criados para que lo llevaran delante de Guehazí.
-
24
|2 Reyes 5:24|
Cuando llegaron a la colina, Guehazí tomó la plata que llevaban los criados, la guardó en la casa y los despidió.
-
25
|2 Reyes 5:25|
Luego fue y se presentó ante su amo, y Eliseo le preguntó:—¿De dónde vienes, Guehazí?—Yo no he ido a ninguna parte —contestó Guehazí.
-
26
|2 Reyes 5:26|
Pero Eliseo insistió:—Cuando cierto hombre se bajó de su carro para recibirte, yo estaba allí contigo, en el pensamiento. Pero éste no es el momento de recibir dinero y mudas de ropa, ni de comprar huertos, viñedos, ovejas, bueyes, criados y criadas.
-
-
Sugerencias
Haga clic para leer Deuteronomio 29-31