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Nueva Versión Internacional
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21
|1 Reyes 3:21|
Cuando amaneció, me levanté para amamantar a mi hijo, ¡y me di cuenta de que estaba muerto! Pero, al clarear el día, lo observé bien y pude ver que no era el hijo que yo había dado a luz.
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22
|1 Reyes 3:22|
―¡No es cierto! —exclamó la otra mujer—. ¡El niño que está vivo es el mío, y el muerto es el tuyo! ―¡Mientes! —insistió la primera—. El niño muerto es el tuyo, y el que está vivo es el mío. Y se pusieron a discutir delante del rey.
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23
|1 Reyes 3:23|
El rey deliberó: «Una dice: “El niño que está vivo es el mío, y el muerto es el tuyo”. Y la otra dice: “¡No es cierto! El niño muerto es el tuyo, y el que está vivo es el mío”».
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24
|1 Reyes 3:24|
Entonces ordenó: ―Tráiganme una espada. Cuando se la trajeron,
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25
|1 Reyes 3:25|
dijo: ―Partan en dos al niño que está vivo, y denle una mitad a esta y la otra mitad a aquella.
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26
|1 Reyes 3:26|
La verdadera madre, angustiada por su hijo, le dijo al rey: ―¡Por favor, Su Majestad! ¡Déle usted a ella el niño que está vivo, pero no lo mate! En cambio, la otra exclamó: ―¡Ni para mí ni para ti! ¡Que lo partan!
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27
|1 Reyes 3:27|
Entonces el rey ordenó: ―No lo maten. Entréguenle a la primera el niño que está vivo, pues ella es la madre.
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28
|1 Reyes 3:28|
Cuando todos los israelitas se enteraron de la sentencia que el rey había pronunciado, sintieron un gran respeto por él, pues vieron que tenía sabiduría de Dios para administrar justicia.
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Sugerencias
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