-
-
Nueva Versión Internacional
-
-
30
|2 Reyes 6:30|
Al oír la queja de la mujer, el rey se rasgó las vestiduras. Luego reanudó su recorrido por la muralla, y la gente pudo ver que bajo su túnica real iba vestido de luto.
-
31
|2 Reyes 6:31|
«¡Que Dios me castigue sin piedad —exclamó el rey— si hoy mismo no le corto la cabeza a Eliseo hijo de Safat!»
-
32
|2 Reyes 6:32|
Mientras Eliseo se encontraba en su casa, sentado con los ancianos, el rey le envió un mensajero. Antes de que este llegara, Eliseo les dijo a los ancianos: ―Ahora van a ver cómo ese asesino envía a alguien a cortarme la cabeza. Pues bien, cuando llegue el mensajero, atranquen la puerta para que no entre. ¡Ya oigo detrás de él los pasos de su señor!
-
33
|2 Reyes 6:33|
No había terminado de hablar cuando el mensajero llegó y dijo: ―Esta desgracia viene del SEÑOR; ¿qué más se puede esperar de él?
-
1
|2 Reyes 7:1|
Eliseo contestó: ―Oigan la palabra del SEÑOR, que dice así: “Mañana a estas horas, a la entrada de Samaria, podrá comprarse una medida 18 de flor de harina con una sola moneda de plata, 19 y hasta una doble medida de cebada por el mismo precio”.
-
2
|2 Reyes 7:2|
El ayudante personal del rey replicó: ―¡No me digas! Aun si el SEÑOR abriera las ventanas del cielo, ¡no podría suceder tal cosa! ―Pues lo verás con tus propios ojos —le advirtió Eliseo—, pero no llegarás a comerlo.
-
3
|2 Reyes 7:3|
Ese día, cuatro hombres que padecían de lepra se hallaban a la entrada de la ciudad. ―¿Qué ganamos con quedarnos aquí sentados, esperando la muerte? —se dijeron unos a otros—.
-
4
|2 Reyes 7:4|
No ganamos nada con entrar en la ciudad. Allí nos moriremos de hambre con todos los demás, pero, si nos quedamos aquí, nos sucederá lo mismo. Vayamos, pues, al campamento de los sirios, para rendirnos. Si nos perdonan la vida, viviremos; y, si nos matan, de todos modos moriremos.
-
5
|2 Reyes 7:5|
Al anochecer se pusieron en camino, pero, cuando llegaron a las afueras del campamento sirio, ¡ya no había nadie allí!
-
6
|2 Reyes 7:6|
Y era que el Señor había confundido a los sirios haciéndoles oír el ruido de carros de combate y de caballería, como si fuera un gran ejército. Entonces se dijeron unos a otros: «¡Seguro que el rey de Israel ha contratado a los reyes hititas y egipcios para atacarnos!»
-
-
Sugerencias
Haga clic para leer Jueces 11-12