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Nueva Versión Internacional
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42
|2 Samuel 19:42|
Los de Judá respondieron: ―¿Y a qué viene ese enojo? ¡El rey es nuestro pariente cercano! ¿Acaso hemos vivido a costillas del rey? ¿Acaso nos hemos aprovechado de algo?
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43
|2 Samuel 19:43|
Pero los israelitas insistieron: ―¿Por qué nos tratan con tanto desprecio? ¡Nosotros tenemos diez veces más derecho que ustedes sobre el rey David! Además, ¿no fuimos nosotros los primeros en pedirle que volviera? Entonces los de Judá les contestaron aun con más severidad.
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1
|2 Samuel 20:1|
Por allí se encontraba un malvado que se llamaba Sabá hijo de Bicrí, que era benjaminita. Dando un toque de trompeta, se puso a gritar:
«¡Pueblo de Israel, todos a sus casas, pues no tenemos parte con David, ni herencia con el hijo de Isaí!»
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2
|2 Samuel 20:2|
Entonces todos los israelitas abandonaron a David y siguieron a Sabá hijo de Bicrí. Los de Judá, por su parte, se mantuvieron fieles a su rey y lo acompañaron desde el Jordán hasta Jerusalén.
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3
|2 Samuel 20:3|
Cuando el rey David llegó a su palacio en Jerusalén, sacó a las diez concubinas que había dejado a cargo del palacio y las puso bajo vigilancia. Siguió manteniéndolas, pero no volvió a acostarse con ellas. Hasta el día de su muerte, quedaron encerradas y viviendo como si fueran viudas.
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4
|2 Samuel 20:4|
Luego el rey le ordenó a Amasá: «Moviliza a las tropas de Judá, y preséntate aquí con ellas dentro de tres días».
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5
|2 Samuel 20:5|
Amasá salió para movilizar a las tropas, pero no cumplió con el plazo.
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6
|2 Samuel 20:6|
Por eso David le dijo a Abisay: «Ahora Sabá hijo de Bicrí va a perjudicarnos más que Absalón. Así que hazte cargo de la guardia real, y sal a perseguirlo, no sea que llegue a alguna ciudad fortificada y se nos escape». 53
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7
|2 Samuel 20:7|
Entonces los soldados de Joab, junto con los quereteos, los peleteos y todos los oficiales, bajo el mando de Abisay salieron de Jerusalén para perseguir a Sabá hijo de Bicrí.
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8
|2 Samuel 20:8|
Al llegar a la gran roca que está en Gabaón, Amasá les salió al encuentro. Joab tenía su uniforme ajustado con un cinturón, y ceñida al muslo llevaba una daga envainada. Pero, al caminar, la daga se le cayó.
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