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Nueva Versión Internacional -
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21
|Hechos 8:21|
No tienes arte ni parte en este asunto, porque no eres íntegro delante de Dios.
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22
|Hechos 8:22|
Por eso, arrepiéntete de tu maldad y ruega al Señor. Tal vez te perdone el haber tenido esa mala intención.
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23
|Hechos 8:23|
Veo que vas camino a la amargura y a la esclavitud del pecado.
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24
|Hechos 8:24|
―Rueguen al Señor por mí —respondió Simón—, para que no me suceda nada de lo que han dicho.
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25
|Hechos 8:25|
Después de testificar y proclamar la palabra del Señor, Pedro y Juan se pusieron en camino de vuelta a Jerusalén, y de paso predicaron el evangelio en muchas poblaciones de los samaritanos.
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26
|Hechos 8:26|
Un ángel del Señor le dijo a Felipe: «Ponte en marcha hacia el sur, por el camino del desierto que baja de Jerusalén a Gaza».
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27
|Hechos 8:27|
Felipe emprendió el viaje, y resulta que se encontró con un etíope eunuco, alto funcionario encargado de todo el tesoro de la Candace, reina de los etíopes. Este había ido a Jerusalén para adorar
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28
|Hechos 8:28|
y, en el viaje de regreso a su país, iba sentado en su carroza, leyendo el libro del profeta Isaías.
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29
|Hechos 8:29|
El Espíritu le dijo a Felipe: «Acércate y júntate a ese carro».
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30
|Hechos 8:30|
Felipe se acercó de prisa a la carroza y, al oír que el hombre leía al profeta Isaías, le preguntó: ―¿Acaso entiende usted lo que está leyendo?
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Sugerencias
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