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Nueva Versión Internacional
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1
|Eclesiastés 4:1|
Luego me fijé en tanta opresión que hay en esta vida. Vi llorar a los oprimidos, y no había quien los consolara; el poder estaba del lado de sus opresores, y no había quien los consolara.
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2
|Eclesiastés 4:2|
Y consideré más felices a los que ya han muerto que a los que aún viven,
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3
|Eclesiastés 4:3|
aunque en mejor situación están los que aún no han nacido, los que no han visto aún la maldad que se comete en esta vida.
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4
|Eclesiastés 4:4|
Vi además que tanto el afán como el éxito en la vida despiertan envidias. Y también esto es absurdo; ¡es correr tras el viento!
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5
|Eclesiastés 4:5|
El necio se cruza de brazos, y acaba muriéndose de hambre.
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6
|Eclesiastés 4:6|
Más vale poco con tranquilidad que mucho 6 con fatiga… ¡corriendo tras el viento!
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7
|Eclesiastés 4:7|
Me fijé entonces en otro absurdo en esta vida:
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8
|Eclesiastés 4:8|
vi a un hombre solitario, sin hijos ni hermanos, y que nunca dejaba de afanarse; ¡jamás le parecían demasiadas sus riquezas! «¿Para quién trabajo tanto, y me abstengo de las cosas buenas?», se preguntó. ¡También esto es absurdo, y una penosa tarea!
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9
|Eclesiastés 4:9|
Más valen dos que uno, porque obtienen más fruto de su esfuerzo.
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10
|Eclesiastés 4:10|
Si caen, el uno levanta al otro. ¡Ay del que cae y no tiene quien lo levante!
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Sugerencias
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