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Nueva Versión Internacional
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|Génesis 31:41|
De los veinte años que estuve en tu casa, catorce te serví por tus dos hijas, y seis por tu ganado, y muchas veces 80 me cambiaste el salario.
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|Génesis 31:42|
Si no hubiera estado conmigo el Dios de mi padre, el Dios de Abraham, el Dios a quien Isaac temía, seguramente me habrías despedido con las manos vacías. Pero Dios vio mi aflicción y el trabajo de mis manos, y anoche me hizo justicia.
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43
|Génesis 31:43|
Labán le replicó a Jacob: ―Estas mujeres son mis hijas, y estos muchachos son mis nietos; mías también son las ovejas; todo lo que ves me pertenece. Pero ¿qué podría hacerles ahora a mis hijas y a mis nietos?
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|Génesis 31:44|
Hagamos un pacto tú y yo, y que ese pacto nos sirva como testimonio.
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|Génesis 31:45|
Entonces Jacob tomó una piedra, la levantó como una estela,
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|Génesis 31:46|
y les dijo a sus parientes: ―¡Junten piedras! Ellos juntaron piedras, las amontonaron, y comieron allí, junto al montón de piedras.
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|Génesis 31:47|
A ese lugar Labán le puso por nombre Yegar Saduta, mientras que Jacob lo llamó Galaad. 81
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|Génesis 31:48|
―Este montón de piedras —declaró Labán— nos servirá de testimonio. Por eso se le llamó Galaad a ese lugar,
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|Génesis 31:49|
y también se le llamó Mizpa, porque Labán juró: ―Que el SEÑOR nos vigile cuando ya estemos lejos el uno del otro.
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|Génesis 31:50|
Si tú maltratas a mis hijas, o tomas otras mujeres que no sean ellas, recuerda que Dios es nuestro testigo, aunque no haya ningún otro testigo entre nosotros.
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