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Nueva Versión Internacional
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|Juan 18:21|
¿Por qué me interrogas a mí? ¡Interroga a los que me han oído hablar! Ellos deben saber lo que dije.
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|Juan 18:22|
Apenas dijo esto, uno de los guardias que estaba allí cerca le dio una bofetada y le dijo: ―¿Así contestas al sumo sacerdote?
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|Juan 18:23|
―Si he dicho algo malo —replicó Jesús—,demuéstramelo. Pero, si lo que dije es correcto, ¿por qué me pegas?
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|Juan 18:24|
Entonces Anás lo envió, 72 todavía atado, a Caifás, el sumo sacerdote.
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|Juan 18:25|
Mientras tanto, Simón Pedro seguía de pie, calentándose. ―¿No eres tú también uno de sus discípulos? —le preguntaron. ―No lo soy —dijo Pedro, negándolo.
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|Juan 18:26|
―¿Acaso no te vi en el huerto con él? —insistió uno de los siervos del sumo sacerdote, pariente de aquel a quien Pedro le había cortado la oreja.
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|Juan 18:27|
Pedro volvió a negarlo, y en ese instante cantó el gallo.
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|Juan 18:28|
Luego los judíos llevaron a Jesús de la casa de Caifás al palacio del gobernador romano. 73 Como ya amanecía, los judíos no entraron en el palacio, pues de hacerlo se contaminarían ritualmente y no podrían comer la Pascua.
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|Juan 18:29|
Así que Pilato salió a interrogarlos: ―¿De qué delito acusan a este hombre?
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|Juan 18:30|
―Si no fuera un malhechor —respondieron—, no te lo habríamos entregado.
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Sugerencias
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