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Nueva Versión Internacional
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|Jueces 13:11|
Manoa se levantó y siguió a su esposa. Cuando llegó adonde estaba el hombre, le dijo: ―¿Eres tú el que habló con mi esposa? ―Sí, soy yo —respondió él.
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12
|Jueces 13:12|
Así que Manoa le preguntó: ―Cuando se cumplan tus palabras, ¿cómo debemos criar al niño? ¿Cómo deberá portarse?
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13
|Jueces 13:13|
El ángel del SEÑOR contestó: ―Tu esposa debe cumplir con todo lo que le he dicho.
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14
|Jueces 13:14|
Ella no debe probar nada que proceda de la vid, ni beber ningún vino ni ninguna otra bebida fuerte; tampoco debe comer nada impuro. En definitiva, debe cumplir con todo lo que le he ordenado.
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15
|Jueces 13:15|
Manoa le dijo al ángel del SEÑOR: ―Nos gustaría que te quedaras hasta que te preparemos un cabrito.
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|Jueces 13:16|
Pero el ángel del SEÑOR respondió: ―Aunque me detengan, no probaré nada de tu comida. Pero, si preparas un holocausto, ofréceselo al SEÑOR. Manoa no se había dado cuenta de que aquel era el ángel del SEÑOR.
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17
|Jueces 13:17|
Así que le preguntó: ―¿Cómo te llamas, para que podamos honrarte cuando se cumpla tu palabra?
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|Jueces 13:18|
―¿Por qué me preguntas mi nombre? —replicó él—. Es un misterio maravilloso.
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|Jueces 13:19|
Entonces Manoa tomó un cabrito, junto con la ofrenda de cereales, y lo sacrificó sobre una roca al SEÑOR. Y mientras Manoa y su esposa observaban, el SEÑOR hizo algo maravilloso:
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20
|Jueces 13:20|
Mientras la llama subía desde el altar hacia el cielo, el ángel del SEÑOR ascendía en la llama. Al ver eso, Manoa y su esposa se postraron en tierra sobre sus rostros.
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Sugerencias
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