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Nueva Versión Internacional -
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|Jueces 9:51|
Dentro de la ciudad había una torre fortificada, a la cual huyeron todos sus habitantes, hombres y mujeres. Se encerraron en la torre y subieron al techo.
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|Jueces 9:52|
Abimélec se dirigió a la torre y la atacó. Pero cuando se acercaba a la entrada para prenderle fuego,
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|Jueces 9:53|
una mujer le arrojó sobre la cabeza una piedra de moler y le partió el cráneo.
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|Jueces 9:54|
De inmediato llamó Abimélec a su escudero y le ordenó: «Saca tu espada y mátame, para que no se diga de mí: “¡Lo mató una mujer!”» Entonces su escudero le clavó la espada, y así murió.
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|Jueces 9:55|
Cuando los israelitas vieron que Abimélec estaba muerto, regresaron a sus casas.
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|Jueces 9:56|
Fue así como Dios le pagó a Abimélec con la misma moneda, por el crimen que había cometido contra su padre al matar a sus setenta hermanos.
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|Jueces 9:57|
Además, Dios hizo que los hombres de Siquén pagaran por toda su maldad. Así cayó sobre ellos la maldición de Jotán hijo de Yerubaal.
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Sugerencias
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