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   Reina Valera (1909)									 - 
									
									 
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									11
									 
									 
									|Lamentaciones 2:11|
									Mis ojos desfallecieron de lágrimas, rugieron mis entrañas, Mi hígado se derramó por tierra por el quebrantamiento de la hija de mi pueblo, Cuando desfallecía el niño y el que mamaba, en las plazas de la ciudad.
									
									    
								 
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									12
									 
									 
									|Lamentaciones 2:12|
									Decían a sus madres: ¿Dónde está el trigo y el vino? Desfallecían como heridos en las calles de la ciudad, Derramando sus almas en el regazo de sus madres.
									
									    
								 
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									13
									 
									 
									|Lamentaciones 2:13|
									¿Qué testigo te traeré, ó á quién te haré semejante, hija de Jerusalem? ¿A quién te compararé para consolarte, oh virgen hija de Sión? Porque grande es tu quebrantamiento como la mar: ¿quién te medicinará?
									
									    
								 
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									14
									 
									 
									|Lamentaciones 2:14|
									Tus profetas vieron para ti vanidad y locura; Y no descubrieron tu pecado para estorbar tu cautiverio, Sino que te predicaron vanas profecías y extravíos.
									
									    
								 
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									15
									 
									 
									|Lamentaciones 2:15|
									Todos los que pasaban por el camino, batieron las manos sobre ti; Silbaron, y movieron sus cabezas sobre la hija de Jerusalem, diciendo: ¿Es ésta la ciudad que decían de perfecta hermosura, el gozo de toda la tierra?
									
									    
								 
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									16
									 
									 
									|Lamentaciones 2:16|
									Todos tus enemigos abrieron sobre ti su boca, Silbaron, y rechinaron los dientes; dijeron: Devoremos: Cierto éste es el día que esperábamos; lo hemos hallado, vímoslo.
									
									    
								 
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									17
									 
									 
									|Lamentaciones 2:17|
									Jehová ha hecho lo que tenía determinado, Ha cumplido su palabra que él había mandado desde tiempo antiguo: Destruyó, y no perdonó; Y alegró sobre ti al enemigo, Y enalteció el cuerno de tus adversarios.
									
									    
								 
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									18
									 
									 
									|Lamentaciones 2:18|
									El corazón de ellos clamaba al Señor: Oh muro de la hija de Sión, echa lágrimas como un arroyo día y noche; No descanses, ni cesen las niñas de tus ojos.
									
									    
								 
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									19
									 
									 
									|Lamentaciones 2:19|
									Levántate, da voces en la noche, en el principio de las velas; Derrama como agua tu corazón ante la presencia del Señor; Alza tus manos á él por la vida de tus pequeñitos, Que desfallecen de hambre en las entradas de todas las calles.
									
									    
								 
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									20
									 
									 
									|Lamentaciones 2:20|
									Mira, oh Jehová, y considera á quién has hecho así. ¿Han de comer las mujeres su fruto, los pequeñitos de sus crías? ¿Han de ser muertos en el santuario del Señor el sacerdote y el profeta?
									
									    
								 
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Sugerencias
 

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