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   Reina Valera (1909)									 - 
									
									 
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									21
									 
									 
									|Santiago 1:21|
									Por lo cual, dejando toda inmundicia y superfluidad de malicia, recibid con mansedumbre la palabra ingerida, la cual puede hacer salvas vuestras almas.
									
									    
								 
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									22
									 
									 
									|Santiago 1:22|
									Mas sed hacedores de la palabra, y no tan solamente oidores, engañándoos á vosotros mismos.
									
									    
								 
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									23
									 
									 
									|Santiago 1:23|
									Porque si alguno oye la palabra, y no la pone por obra, este tal es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural.
									
									    
								 
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									24
									 
									 
									|Santiago 1:24|
									Porque él se consideró á sí mismo, y se fué, y luego se olvidó qué tal era.
									
									    
								 
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									25
									 
									 
									|Santiago 1:25|
									Mas el que hubiere mirado atentamente en la perfecta ley, que es la de la libertad, y perseverado en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, este tal será bienaventurado en su hecho.
									
									    
								 
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									26
									 
									 
									|Santiago 1:26|
									Si alguno piensa ser religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino engañando su corazón, la religión del tal es vana.
									
									    
								 
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									27
									 
									 
									|Santiago 1:27|
									La religión pura y sin mácula delante de Dios y Padre es esta: Visitar los huérfanos y las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha de este mundo.
									
									    
								 
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									1
									 
									 
									|Santiago 2:1|
									HERMANOS míos, no tengáis la fe de nuestro Señor Jesucristo glorioso en acepción de personas.
									
									    
								 
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									2
									 
									 
									|Santiago 2:2|
									Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro, y de preciosa ropa, y también entra un pobre con vestidura vil,
									
									    
								 
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									3
									 
									 
									|Santiago 2:3|
									Y tuviereis respeto al que trae la vestidura preciosa, y le dijereis: Siéntate tú aquí en buen lugar: y dijereis al pobre: Estáte tú allí en pie; ó siéntate aquí debajo de mi estrado:
									
									    
								 
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Sugerencias
 

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