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Reina Valera (1960)
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21
|Génesis 37:21|
Cuando Rubén oyó esto, lo libró de sus manos, y dijo: No lo matemos.
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22
|Génesis 37:22|
Y les dijo Rubén: No derraméis sangre; echadlo en esta cisterna que está en el desierto, y no pongáis mano en él; por librarlo así de sus manos, para hacerlo volver a su padre.
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23
|Génesis 37:23|
Sucedió, pues, que cuando llegó José a sus hermanos, ellos quitaron a José su túnica, la túnica de colores que tenía sobre sí;
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24
|Génesis 37:24|
y le tomaron y le echaron en la cisterna; pero la cisterna estaba vacía, no había en ella agua.
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25
|Génesis 37:25|
Y se sentaron a comer pan; y alzando los ojos miraron, y he aquí una compañía de ismaelitas que venía de Galaad, y sus camellos traían aromas, bálsamo y mirra, e iban a llevarlo a Egipto.
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26
|Génesis 37:26|
Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué provecho hay en que matemos a nuestro hermano y encubramos su muerte?
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27
|Génesis 37:27|
Venid, y vendámosle a los ismaelitas, y no sea nuestra mano sobre él; porque él es nuestro hermano, nuestra propia carne. Y sus hermanos convinieron con él.
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28
|Génesis 37:28|
Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y le vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto.
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29
|Génesis 37:29|
Después Rubén volvió a la cisterna, y no halló a José dentro, y rasgó sus vestidos.
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30
|Génesis 37:30|
Y volvió a sus hermanos, y dijo: El joven no parece; y yo, ¿adónde iré yo?
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