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Reina Valera (1960)
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19
|Hebreos 9:19|
Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo,
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20
|Hebreos 9:20|
diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado.
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21
|Hebreos 9:21|
Y además de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio.
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22
|Hebreos 9:22|
Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.
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23
|Hebreos 9:23|
Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos.
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24
|Hebreos 9:24|
Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios;
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25
|Hebreos 9:25|
y no para ofrecerse muchas veces, como entra el sumo sacerdote en el Lugar Santísimo cada año con sangre ajena.
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26
|Hebreos 9:26|
De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado.
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27
|Hebreos 9:27|
Y de la manera que está establecido para los hombres que mueran una sola vez, y después de esto el juicio,
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28
|Hebreos 9:28|
así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.
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Sugerencias
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