- 
			
				
- 
									
   Reina Valera (1960)									 - 
									
									 
- 
									
									1
									 
									 
									|Lamentaciones 4:1|
									¡Cómo se ha ennegrecido el oro!  ¡Cómo el buen oro ha perdido su brillo!  Las piedras del santuario están esparcidas por las encrucijadas de todas las calles.									
									    
								 
- 
									
									2
									 
									 
									|Lamentaciones 4:2|
									Los hijos de Sion, preciados y estimados más que el oro puro,  ¡Cómo son tenidos por vasijas de barro, obra de manos de alfarero!									
									    
								 
- 
									
									3
									 
									 
									|Lamentaciones 4:3|
									Aun los chacales dan la teta, y amamantan a sus cachorros;  La hija de mi pueblo es cruel como los avestruces en el desierto.									
									    
								 
- 
									
									4
									 
									 
									|Lamentaciones 4:4|
									La lengua del niño de pecho se pegó a su paladar por la sed;  Los pequeñuelos pidieron pan, y no hubo quien se lo repartiese.									
									    
								 
- 
									
									5
									 
									 
									|Lamentaciones 4:5|
									Los que comían delicadamente fueron asolados en las calles;  Los que se criaron entre púrpura se abrazaron a los estercoleros.									
									    
								 
- 
									
									6
									 
									 
									|Lamentaciones 4:6|
									Porque se aumentó la iniquidad de la hija de mi pueblo más que el pecado de Sodoma, Que fue destruida en un momento, sin que acamparan contra ella compañías.									
									    
								 
- 
									
									7
									 
									 
									|Lamentaciones 4:7|
									Sus nobles fueron más puros que la nieve, más blancos que la leche;  Más rubios eran sus cuerpos que el coral, su talle más hermoso que el zafiro.									
									    
								 
- 
									
									8
									 
									 
									|Lamentaciones 4:8|
									Oscuro más que la negrura es su aspecto; no los conocen por las calles;  Su piel está pegada a sus huesos, seca como un palo.									
									    
								 
- 
									
									9
									 
									 
									|Lamentaciones 4:9|
									Más dichosos fueron los muertos a espada que los muertos por el hambre;  Porque éstos murieron poco a poco por falta de los frutos de la tierra.									
									    
								 
- 
									
									10
									 
									 
									|Lamentaciones 4:10|
									Las manos de mujeres piadosas cocieron a sus hijos; Sus propios hijos les sirvieron de comida en el día del quebrantamiento de la hija de mi pueblo.									
									    
								 
 - 
									
 - 
				
Sugerencias
 

Haga clic para leer Juan 14-15