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Reina Valera (1960)
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1
|Marcos 3:1|
Otra vez entró Jesús en la sinagoga; y había allí un hombre que tenía seca una mano.
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2
|Marcos 3:2|
Y le acechaban para ver si en el día de reposo le sanaría, a fin de poder acusarle.
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3
|Marcos 3:3|
Entonces dijo al hombre que tenía la mano seca: Levántate y ponte en medio.
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4
|Marcos 3:4|
Y les dijo: ¿Es lícito en los días de reposo hacer bien, o hacer mal; salvar la vida, o quitarla? Pero ellos callaban.
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5
|Marcos 3:5|
Entonces, mirándolos alrededor con enojo, entristecido por la dureza de sus corazones, dijo al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y la mano le fue restaurada sana.
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6
|Marcos 3:6|
Y salidos los fariseos, tomaron consejo con los herodianos contra él para destruirle.
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7
|Marcos 3:7|
Mas Jesús se retiró al mar con sus discípulos, y le siguió gran multitud de Galilea. Y de Judea,
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8
|Marcos 3:8|
de Jerusalén, de Idumea, del otro lado del Jordán, y de los alrededores de Tiro y de Sidón, oyendo cuán grandes cosas hacía, grandes multitudes vinieron a él.
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9
|Marcos 3:9|
Y dijo a sus discípulos que le tuviesen siempre lista la barca, a causa del gentío, para que no le oprimiesen.
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10
|Marcos 3:10|
Porque había sanado a muchos; de manera que por tocarle, cuantos tenían plagas caían sobre él.
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Sugerencias
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