-
Leia por capítulosComentário sobre a Leitura Bíblica de Hoje
-
Reina Valera (1909)
-
-
1
|2 Reis 7:1|
DIJO entonces Eliseo: Oid palabra de Jehová: Así dijo Jehová: Mañana á estas horas valdrá el seah de flor de harina un siclo, y dos seah de cebada un siclo, á la puerta de Samaria.
-
2
|2 Reis 7:2|
Y un príncipe sobre cuya mano el rey se apoyaba, respondió al varón de Dios, y dijo: Si Jehová hiciese ahora ventanas en el cielo, ¿sería esto así? Y él dijo: He aquí tú lo verás con tus ojos, mas no comerás de ello.
-
3
|2 Reis 7:3|
Y había cuatro hombres leprosos á la entrada de la puerta, los cuales dijeron el uno al otro: ¿Para qué nos estamos aquí hasta que muramos?
-
4
|2 Reis 7:4|
Si tratáremos de entrar en la ciudad, por el hambre que hay en la ciudad moriremos en ella; y si nos quedamos aquí, también moriremos. Vamos pues ahora, y pasémonos al ejército de los Siros: si ellos nos dieren la vida, viviremos; y si nos dieren la muerte, moriremos.
-
5
|2 Reis 7:5|
Levantáronse pues en el principio de la noche, para irse al campo de los Siros; y llegando á las primeras estancias de los Siros, no había allí hombre.
-
6
|2 Reis 7:6|
Porque el Señor había hecho que en el campo de los Siros se oyese estruendo de carros, ruido de caballos, y estrépito de grande ejército; y dijéronse los unos á los otros: He aquí el rey de Israel ha pagado contra nosotros á los reyes de los Heteos, y á los reyes de los Egipcios, para que vengan contra nosotros.
-
7
|2 Reis 7:7|
Y así se habían levantado y huído al principio de la noche, dejando sus tiendas, sus caballos, sus asnos, y el campo como se estaba; y habían huído por salvar las vidas.
-
8
|2 Reis 7:8|
Y como los leprosos llegaron á las primeras estancias, entráronse en una tienda, y comieron y bebieron, y tomaron de allí plata, y oro, y vestido, y fueron, y escondiéronlo: y vueltos, entraron en otra tienda, y de allí también tomaron, y fueron, y escondieron.
-
9
|2 Reis 7:9|
Y dijéronse el uno al otro: No hacemos bien: hoy es día de buena nueva, y nosotros callamos: y si esperamos hasta la luz de la mañana, nos alcanzará la maldad. Vamos pues ahora, entremos, y demos la nueva en casa del rey.
-
10
|2 Reis 7:10|
Y vinieron, y dieron voces á los guardas de la puerta de la ciudad, y declaráronles, diciendo: Nosotros fuimos al campo de los Siros, y he aquí que no había allí hombre, ni voz de hombre, sino caballos atados, asnos también atados, y el campo como se estaba.
-
-
Sugestões
Clique para ler Provérbios 25-27
16 de julho LAB 563
SILENCIOSAS PALAVRAS
Provérbios 25-27
Estamos aqui, mais uma vez, felizes, alegres e empolgados, “juntos”, por dentro da Bíblia: estamos ligados em algo que é comum para nós, em algo que nos leva a um só pensamento, que é justamente o livro no qual nós cremos, a Bíblia, a Palavra de Deus.
Os provérbios que devemos ler hoje são muito interessantes e, para variar, sábios. A palavra dita ao seu tempo, na nossa leitura, diz que é como maçãs de ouro em salvas de prata. Na tradução da Nova Versão Internacional está escrito que “a palavra proferida no tempo certo é como frutas de ouro incrustadas numa escultura, numa moldura, de prata.” Ou seja, palavra certa, na hora certa, não tem dinheiro que paga. E se a palavra é boa quando é dita no tempo certo, então, é óbvio que existe também o tempo do silêncio, tempo em que é melhor não existirem as palavras.
Ao fazermos silêncio, desenvolvemos a capacidade de ouvir. Essa capacidade é tão importante como a de falar.
Isso me lembra uma história do mundo grego antigo. Diz que uma vez, teve um rapaz que pediu para que Sócrates ensinasse a ele tudo o que pudesse sobre oratória. Esse jovem queria aprender a arte de falar bem em público, buscando a ajuda, nada mais nada menos, do filósofo que foi simplesmente um dos maiores pensadores da Grécia antiga. A ele, muito se deve hoje da filosofia ocidental. Esse rapaz que queria ser aluno de Sócrates falava demais. Então, Sócrates exigiu o dobro do preço normal pelas aulas.
O rapaz ficou indignado e perguntou ao mestre:
- Mas por que o senhor está me cobrando o dobro?
Então Sócrates respondeu:
- É porque terei que ensinar a você duas ciências: uma é a que você está me pedindo, que é sobre como falar em público; mas a outra terei que ensinar antes dessa, que é acerca de como refrear a língua. Isso parece fácil: dominar a língua - Sócrates continuou explicando - mas não é. Primeiro, você precisa ser versado em conseguir dominar a língua deixando-a em repouso quando necessário, caso contrário, sofrerá grandes e graves consequências. E o pior, conseguirá gerar muita perturbação.
Essas palavras de Sócrates têm validade até hoje. O livro de Tiago ensina isso no capítulo três. Nossas palavras podem constituir tanto uma fonte de força e encorajamento quanto de fraqueza e desalento; elas podem tanto edificar quanto dilacerar.
Diante disso, o que fazer? Permita que o poder da Palavra de Deus controle sua mente, porque ela é boa. Isso você pode fazer lendo a Bíblia. Ah! E leia em silêncio, ok? Rs rs rs.
Valdeci Júnior
Fátima Silva