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Nueva Versión Internacional
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1
|Eclesiastés 2:1|
Me dije entonces: «Vamos, pues, haré la prueba con los placeres y me daré la gran vida». ¡Pero aun esto resultó un absurdo!
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2
|Eclesiastés 2:2|
A la risa la considero una locura; en cuanto a los placeres, ¿para qué sirven?
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3
|Eclesiastés 2:3|
Quise luego hacer la prueba de entregarme al vino —si bien mi mente estaba bajo el control de la sabiduría—, y de aferrarme a la necedad, hasta ver qué de bueno le encuentra el hombre a lo que hace bajo el cielo durante los contados días de su vida.
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4
|Eclesiastés 2:4|
Realicé grandes obras: me construí casas, me planté viñedos,
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5
|Eclesiastés 2:5|
cultivé mis propios huertos y jardines, y en ellos planté toda clase de árboles frutales.
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6
|Eclesiastés 2:6|
También me construí aljibes para irrigar los muchos árboles que allí crecían.
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7
|Eclesiastés 2:7|
Me hice de esclavos y esclavas; y tuve criados, y mucho más ganado vacuno y lanar que todos los que me precedieron en Jerusalén.
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8
|Eclesiastés 2:8|
Amontoné oro y plata, y tesoros que fueron de reyes y provincias. Me hice de cantores y cantoras, y disfruté de los deleites de los hombres: ¡formé mi propio harén! 3
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9
|Eclesiastés 2:9|
Me engrandecí en gran manera, más que todos los que me precedieron en Jerusalén; además, la sabiduría permanecía conmigo.
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10
|Eclesiastés 2:10|
No les negué a mis ojos ningún deseo, ni privé a mi corazón de placer alguno. Mi corazón disfrutó de todos mis afanes. ¡Solo eso saqué de tanto afanarme!
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Sugerencias
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