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Nueva Versión Internacional -
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|Marcos 2:6|
Estaban sentados allí algunos maestros de la ley, que pensaban:
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|Marcos 2:7|
«¿Por qué habla este así? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar pecados sino solo Dios?»
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|Marcos 2:8|
En ese mismo instante supo Jesús en su espíritu que esto era lo que estaban pensando.
―¿Por qué razonan así? —les dijo—.
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|Marcos 2:9|
¿Qué es más fácil, decirle al paralítico: “Tus pecados son perdonados”, o decirle: “Levántate, toma tu camilla y anda”?
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|Marcos 2:10|
Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados —se dirigió entonces al paralítico—:
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|Marcos 2:11|
A ti te digo, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa.
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|Marcos 2:12|
Él se levantó, tomó su camilla en seguida y salió caminando a la vista de todos. Ellos se quedaron asombrados y comenzaron a alabar a Dios. ―Jamás habíamos visto cosa igual —decían.
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|Marcos 2:13|
De nuevo salió Jesús a la orilla del lago. Toda la gente acudía a él, y él les enseñaba.
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|Marcos 2:14|
Al pasar vio a Leví hijo de Alfeo, donde este cobraba impuestos.
―Sígueme —le dijo Jesús. Y Leví se levantó y lo siguió.
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|Marcos 2:15|
Sucedió que, estando Jesús a la mesa en casa de Leví, muchos recaudadores de impuestos y pecadores se sentaron con él y sus discípulos, pues ya eran muchos los que lo seguían.
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Sugerencias
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