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Leia por capÃtulos
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Biblia de Jerusalén (1976) -
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1
|2 Crônicas 30:1|
EzequÃas envió mensajeros a todo Israel y Judá, y escribió también cartas a EfraÃm y Manasés, para que viniesen a la Casa de Yahveh, en Jerusalén, a fin de celebrar la Pascua en honor de Yahveh, el Dios de Israel.
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2
|2 Crônicas 30:2|
Pues el rey y sus jefes y toda la asamblea de Jerusalén habÃan determinado celebrar la Pascua en el mes segundo,
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3
|2 Crônicas 30:3|
ya que no fue posible celebrarla a su debido tiempo, porque los sacerdotes no se habÃan santificado en número suficiente y el pueblo no se habÃa reunido en Jerusalén.
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4
|2 Crônicas 30:4|
Pareció bien esto a los ojos del rey y de toda la asamblea.
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5
|2 Crônicas 30:5|
Y decidieron enviar aviso a todo Israel, desde Berseba hasta Dan, para que vinieran a Jerusalén a celebrar la Pascua en que eran muchos los que no la habÃan celebrado según lo escrito.
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6
|2 Crônicas 30:6|
Los correos, con las cartas del rey y de sus jefes, recorrieron todo Israel y Judá, como el rey lo habÃa mandado y decÃan: «Hijos de Israel, volveos a Yahveh, el Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, y él se volverá al resto que ha quedado de vosotros, los que han escapado de la mano de los reyes de Asiria.
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7
|2 Crônicas 30:7|
No seáis como vuestros padres y vuestros hermanos, que fueron infieles a Yahveh, el Dios de sus padres; por lo cual él los entregó a la desolación, como estáis viendo.
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8
|2 Crônicas 30:8|
Ahora, no endurezcáis vuestra cerviz como vuestros padres; dad la mano a Yahveh, venid a su santuario, que él ha santificado para siempre; servid a Yahveh, vuestro Dios, y se apartará de vosotros el furor de su ira.
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9
|2 Crônicas 30:9|
Porque si os volvéis a Yahveh, vuestros hermanos y vuestros hijos hallarán misericordia ante aquellos que los llevaron cautivos, y volverán a esta tierra, pues Yahveh vuestro Dios es clemente y misericordioso, y no apartará de vosotros su rostro, si vosotros os convertÃs a él.»
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10
|2 Crônicas 30:10|
Los correos pasaron de ciudad en ciudad por el paÃs de EfraÃm y de Manasés, llegaron hasta Zabulón; pero se reÃan y se burlaban de ellos.
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