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Reina Valera (1960) -
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|Atos 19:31|
También algunas de las autoridades de Asia, que eran sus amigos, le enviaron recado, rogándole que no se presentase en el teatro.
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|Atos 19:32|
Unos, pues, gritaban una cosa, y otros otra; porque la concurrencia estaba confusa, y los más no sabÃan por qué se habÃan reunido.
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|Atos 19:33|
Y sacaron de entre la multitud a Alejandro, empujándole los judÃos. Entonces Alejandro, pedido silencio con la mano, querÃa hablar en su defensa ante el pueblo.
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|Atos 19:34|
Pero cuando le conocieron que era judÃo, todos a una voz gritaron casi por dos horas: ¡Grande es Diana de los efesios!
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|Atos 19:35|
Entonces el escribano, cuando habÃa apaciguado a la multitud, dijo: Varones efesios, ¿y quién es el hombre que no sabe que la ciudad de los efesios es guardiana del templo de la gran diosa Diana, y de la imagen venida de Júpiter?
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|Atos 19:36|
Puesto que esto no puede contradecirse, es necesario que os apacigüéis, y que nada hagáis precipitadamente.
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|Atos 19:37|
Porque habéis traÃdo a estos hombres, sin ser sacrÃlegos ni blasfemadores de vuestra diosa.
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|Atos 19:38|
Que si Demetrio y los artÃfices que están con él tienen pleito contra alguno, audiencias se conceden, y procónsules hay; acúsense los unos a los otros.
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|Atos 19:39|
Y si demandáis alguna otra cosa, en legÃtima asamblea se puede decidir.
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|Atos 19:40|
Porque peligro hay de que seamos acusados de sedición por esto de hoy, no habiendo ninguna causa por la cual podamos dar razón de este concurso.
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