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Reina Valera (1960) -
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1
|Atos 9:1|
Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discÃpulos del Señor, vino al sumo sacerdote,
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2
|Atos 9:2|
y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Camino, los trajese presos a Jerusalén.
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3
|Atos 9:3|
Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo;
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4
|Atos 9:4|
y cayendo en tierra, oyó una voz que le decÃa: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?
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5
|Atos 9:5|
El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón.
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6
|Atos 9:6|
El, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer.
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7
|Atos 9:7|
Y los hombres que iban con Saulo se pararon atónitos, oyendo a la verdad la voz, mas sin ver a nadie.
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8
|Atos 9:8|
Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veÃa a nadie; asà que, llevándole por la mano, le metieron en Damasco,
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9
|Atos 9:9|
donde estuvo tres dÃas sin ver, y no comió ni bebió.
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10
|Atos 9:10|
HabÃa entonces en Damasco un discÃpulo llamado AnanÃas, a quien el Señor dijo en visión: AnanÃas. Y él respondió: Heme aquÃ, Señor.
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