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Nueva Versión Internacional -
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|Atos 25:11|
Si soy culpable de haber hecho algo que merezca la muerte, no me niego a morir. Pero, si no son ciertas las acusaciones que estos judÃos formulan contra mÃ, nadie tiene el derecho de entregarme a ellos para complacerlos. ¡Apelo al emperador!
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|Atos 25:12|
Después de consultar con sus asesores, Festo declaró: ―Has apelado al emperador. ¡Al emperador irás!
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|Atos 25:13|
Pasados algunos dÃas, el rey Agripa y Berenice llegaron a Cesarea para saludar a Festo.
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|Atos 25:14|
Como se entretuvieron allà varios dÃas, Festo le presentó al rey el caso de Pablo. ―Hay aquà un hombre —le dijo— que Félix dejó preso.
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|Atos 25:15|
Cuando fui a Jerusalén, los jefes de los sacerdotes y los ancianos de los judÃos presentaron acusaciones contra él y exigieron que se le condenara.
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|Atos 25:16|
Les respondà que no es costumbre de los romanos entregar a ninguna persona sin antes concederle al acusado un careo con sus acusadores, y darle la oportunidad de defenderse de los cargos.
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|Atos 25:17|
Cuando acudieron a mÃ, no dilaté el caso, sino que convoqué al tribunal el dÃa siguiente y mandé traer a este hombre.
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|Atos 25:18|
Al levantarse para hablar, sus acusadores no alegaron en su contra ninguno de los delitos que yo habÃa supuesto.
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|Atos 25:19|
Más bien, tenÃan contra él algunas cuestiones tocantes a su propia religión y sobre un tal Jesús, ya muerto, que Pablo sostiene que está vivo.
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|Atos 25:20|
Yo no sabÃa cómo investigar tales cuestiones, asà que le pregunté si estaba dispuesto a ir a Jerusalén para ser juzgado allà con respecto a esos cargos.
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