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Biblia de Jerusalén (1976) -
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36
|1 Corintios 15:36|
¡Necio! Lo que tú siembras no revive si no muere.
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37
|1 Corintios 15:37|
Y lo que tú siembras no es el cuerpo que va a brotar, sino un simple grano, de trigo por ejemplo o de alguna otra planta.
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38
|1 Corintios 15:38|
Y Dios le da un cuerpo a su voluntad: a cada semilla un cuerpo peculiar.
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39
|1 Corintios 15:39|
No toda carne es igual, sino que una es la carne de los hombres, otra la de los animales, otra la de las aves, otra la de los peces.
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|1 Corintios 15:40|
Hay cuerpos celestes y cuerpos terrestres; pero uno es el resplandor de los cuerpos celestes y otro el de los cuerpos terrestres.
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|1 Corintios 15:41|
Uno es el resplandor del sol, otro el de la luna, otro el de las estrellas. Y una estrella difiere de otra en resplandor.
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42
|1 Corintios 15:42|
Así también en la resurrección de los muertos: se siembra corrupción, resucita incorrupción;
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43
|1 Corintios 15:43|
se siembra vileza, resucita gloria; se siembra debilidad, resucita fortaleza;
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|1 Corintios 15:44|
se siembra un cuerpo natural, resucita un cuerpo espiritual. Pues si hay un cuerpo natural, hay también un cuerpo espiritual.
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|1 Corintios 15:45|
En efecto, así es como dice la Escritura: = Fue hecho el primer hombre, = Adán, = alma viviente; = el último Adán, espíritu que da vida.
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Sugerencias
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