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Biblia de Jerusalén (1976)
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1
|1 Tesalonicenses 3:1|
Por lo cual, no pudiendo soportar más, decidimos quedarnos solos en Atenas
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2
|1 Tesalonicenses 3:2|
y os enviamos a Timoteo, hermano nuestro y colaborador de Dios en el Evangelio de Cristo, para afianzaros y daros ánimos en vuestra fe,
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3
|1 Tesalonicenses 3:3|
para que nadie vacile en esas tribulaciones. Bien sabéis que este es nuestro destino:
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4
|1 Tesalonicenses 3:4|
ya cuando estábamos con vosotros os predecíamos que íbamos a sufrir tribulaciones, y es lo que ha sucedido, como sabéis.
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5
|1 Tesalonicenses 3:5|
Por lo cual también yo, no pudiendo soportar ya más, le envié para tener noticias de vuestra fe, no fuera que el Tentador os hubiera tentado y que nuestro trabajo quedara reducido a nada.
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6
|1 Tesalonicenses 3:6|
Nos acaba de llegar de ahí Timoteo y nos ha traído buenas noticias de vuestra fe y vuestra caridad; y dice que conserváis siempre buen recuerdo de nosotros y que deseáis vernos, así como nosotros a vosotros.
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7
|1 Tesalonicenses 3:7|
Así pues, hermanos, hemos recibido de vosotros un gran consuelo, motivado por vuestra fe, en medio de todas nuestras congojas y tribulaciones.
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8
|1 Tesalonicenses 3:8|
Ahora sí que vivimos, pues permanecéis firmes en el Señor.
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9
|1 Tesalonicenses 3:9|
Y ¿cómo podremos agradecer a Dios por vosotros, por todo el gozo que, por causa vuestra, experimentamos ante nuestro Dios?
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10
|1 Tesalonicenses 3:10|
Noche y día le pedimos insistentemente poder ver vuestro rostro y completar lo que falta a vuestra fe.
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Sugerencias
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