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Biblia de Jerusalén (1976) -
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|Colossenses 1:21|
Y a vosotros, que en otro tiempo fuisteis extraños y enemigos, por vuestros pensamientos y malas obras,
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|Colossenses 1:22|
os ha reconciliado ahora, por medio de la muerte en su cuerpo de carne, para presentaros santos, inmaculados e irreprensibles delante de El;
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23
|Colossenses 1:23|
con tal que permanezcáis sólidamente cimentados en la fe, firmes e inconmovibles en la esperanza del Evangelio que oísteis, que ha sido proclamado a toda criatura bajo el cielo y del que yo, Pablo, he llegado a ser ministro.
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24
|Colossenses 1:24|
Ahora me alegro por los padecimientos que soporto por vosotros, y completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de su Cuerpo, que es la Iglesia,
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25
|Colossenses 1:25|
de la cual he llegado a ser ministro, conforme a la misión que Dios me concedió en orden a vosotros para dar cumplimiento a la Palabra de Dios,
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|Colossenses 1:26|
al Misterio escondido desde siglos y generaciones, y manifestado ahora a sus santos,
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|Colossenses 1:27|
a quienes Dios quiso dar a conocer cuál es la riqueza de la gloria de este misterio entre los gentiles, que es Cristo entre vosotros, la esperanza de la gloria,
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|Colossenses 1:28|
al cual nosotros anunciamos, amonestando e instruyendo a todos los hombres con toda sabiduría, a fin de presentarlos a todos perfectos en Cristo.
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|Colossenses 1:29|
Por esto precisamente me afano, luchando con la fuerza de Cristo que actúa poderosamente en mí.
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Sugerencias
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