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									 Biblia de Jerusalén (1976) Biblia de Jerusalén (1976)
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									11
									 
									 
									|Juan 8:11|
									Ella respondió: «Nadie, Señor.» Jesús le dijo: «Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más.»									
     
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									12
									 
									 
									|Juan 8:12|
									Jesús les habló otra vez diciendo: «Yo soy la luz del mundo; el que me siga no caminará en la oscuridad, sino que tendrá la luz de la vida.»									
     
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									13
									 
									 
									|Juan 8:13|
									Los fariseos le dijeron: «Tú das testimonio de ti mismo: tu testimonio no vale.»									
     
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									14
									 
									 
									|Juan 8:14|
									Jesús les respondió: «Aunque yo dé testimonio de mí mismo, mi testimonio vale, porque sé de dónde he venido y a dónde voy; pero vosotros no sabéis de dónde vengo ni a dónde voy. 									
     
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									15
									 
									 
									|Juan 8:15|
									Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie; 									
     
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									16
									 
									 
									|Juan 8:16|
									y si juzgo, mi juicio es verdadero, porque no estoy yo solo, sino yo y el que me ha enviado. 									
     
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									17
									 
									 
									|Juan 8:17|
									Y en vuestra Ley está escrito que el testimonio de dos personas es válido. 									
     
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									18
									 
									 
									|Juan 8:18|
									Yo soy el que doy testimonio de mí mismo y también el que me ha enviado, el Padre, da testimonio de mí.» 									
     
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									19
									 
									 
									|Juan 8:19|
									Entonces le decían: «¿Dónde está tu Padre?» Respondió Jesús: «No me conocéis ni a mí ni a mi Padre; si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre.»									
     
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									20
									 
									 
									|Juan 8:20|
									Estas palabras las pronunció en el Tesoro, mientras enseñaba en el Templo. Y nadie le prendió, porque aún no había llegado su hora.									
     
 
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