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Biblia de Jerusalén (1976) -
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31
|Josué 8:31|
como había mandado Moisés, siervo de Yahveh, a los israelitas, según está escrito en el libro de la Ley de Moisés: un altar de piedras sin labrar, a las que no haya tocado el hierro. Ofrecieron sobre él holocaustos a Yahveh e inmolaron sacrificios de comunión.
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32
|Josué 8:32|
Josué escribió allí mismo, sobre las piedras, una copia de la Ley que Moisés había escrito delante de los israelitas.
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33
|Josué 8:33|
Y todo Israel, sus ancianos, sus escribas y sus jueces, de pie a los lados del arca, delante de los sacerdotes levitas que llevaban el arca de la alianza de Yahveh, todos, tanto forasteros como ciudadanos, se colocaron la mitad en la falda del monte Garizim y la otra mitad en la falda del monte Ebal, según la orden de Moisés, siervo de Yahveh, para bendecir por primera vez al pueblo de Israel.
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34
|Josué 8:34|
Luego, Josué leyó todas las palabras de la Ley - la bendición y la maldición - a tenor de cuanto está escrito en el libro de la Ley.
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35
|Josué 8:35|
No hubo ni una palabra de cuanto Moisés había mandado que no la leyera Josué en presencia de toda la asamblea de Israel, incluidas las mujeres, los niños y los forasteros que vivían en medio de ellos.
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