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									 Biblia de Jerusalén (1976) Biblia de Jerusalén (1976)
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									10
									 
									 
									|Rut 3:10|
									El dijo: «Bendita seas de Yahveh, hija mía; tu último acto de piedad filial ha sido mejor que el primero, porque no has pretendido a ningún joven, pobre o rico.									
     
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									11
									 
									 
									|Rut 3:11|
									Y ahora, hija mía, no temas; haré por ti cuanto me digas, porque toda la gente de mi pueblo sabe que tú eres una mujer virtuosa.									
     
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									12
									 
									 
									|Rut 3:12|
									Ahora bien: es verdad que tengo derecho de rescate, pero hay un pariente más cercano que yo con derecho de rescate.									
     
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									13
									 
									 
									|Rut 3:13|
									Pasa aquí esta noche, y mañana, si él quiere ejercer su derecho, que lo ejerza; y si no quiere, yo te rescataré, ¡vive Yahveh! Acuéstate hasta el amanecer.»									
     
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									14
									 
									 
									|Rut 3:14|
									Se acostó ella a sus pies hasta la madrugada; se levantó él a la hora en que todavía un hombre no puede reconocer a otro, pues se decía: «Que no se sepa que la mujer ha venido a la era.»									
     
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									15
									 
									 
									|Rut 3:15|
									El dijo: «Trae el manto que tienes encima y sujeta bien.» Sujetó ella, y él midió seis medidas de cebada y se las puso a cuestas, y él entró en la ciudad.									
     
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									16
									 
									 
									|Rut 3:16|
									Volvió ella donde su suegra que le dijo: «¿Cómo te ha ido, hija mía?» Y le contó cuanto el hombre había hecho por ella,									
     
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									17
									 
									 
									|Rut 3:17|
									y añadió: «Me ha dado estas seis medidas de cebada, pues dijo: “No debes volver de vacío donde tu suegra.”»									
     
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									18
									 
									 
									|Rut 3:18|
									Noemí le dijo: «Quédate tranquila, hija mía, hasta que sepas cómo acaba el asunto; este hombre no parará hasta concluirlo hoy mismo.»									
     
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									1
									 
									 
									|Rut 4:1|
									Mientras tanto Booz subió a la puerta de la ciudad y se sentó allí. Acertó a pasar el pariente de que había hablado Booz, y le dijo: «Acércate y siéntate aquí, fulano.» Y éste fue y se sentó.									
     
 
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