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Biblia de Jerusalén (1976) -
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11
|2 Timoteo 1:11|
para cuyo servicio he sido yo constituido heraldo, apóstol y maestro.
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|2 Timoteo 1:12|
Por este motivo estoy soportando estos sufrimientos; pero no me avergüenzo, porque yo sé bien en quién tengo puesta mi fe, y estoy convencido de que es poderoso para guardar mi depósito hasta aquel Día.
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|2 Timoteo 1:13|
Ten por norma las palabras sanas que oíste de mí en la fe y en la caridad de Cristo Jesús.
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|2 Timoteo 1:14|
Conserva el buen depósito mediante el Espíritu Santo que habita en nosotros.
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|2 Timoteo 1:15|
Ya sabes tú que todos los de Asia me han abandonado, y entre ellos Figelo y Hermógenes.
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|2 Timoteo 1:16|
Que el Señor conceda misericordia a la familia de Onesíforo, pues me alivió muchas veces y no se avergonzó de mis cadenas,
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|2 Timoteo 1:17|
sino que, en cuanto llegó a Roma, me buscó solícitamente y me encontró.
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|2 Timoteo 1:18|
Concédale el Señor encontrar misericordia ante el Señor aquel Día. Además, cuántos buenos servicios me prestó en Éfeso, tú lo sabes mejor.
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Sugerencias
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