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									 Biblia de Jerusalén (1976) Biblia de Jerusalén (1976)
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									21
									 
									 
									|Daniel 4:21|
									ésta es su interpretación, oh rey, y el decreto del Altísimo que ha tocado a mi señor el rey:									
     
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									22
									 
									 
									|Daniel 4:22|
									«Serás arrojado de entre los hombres y con las bestias del campo morarás; hierba, como los bueyes, tendrás por comida, y serás bañado del rocío del cielo; siete tiempos pasarán por ti, hasta que reconozcas que el Altísimo domina sobre el imperio de los hombres y que se lo da a quien le place. 									
     
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									23
									 
									 
									|Daniel 4:23|
									«Y la orden de dejar el tocón y las raíces del árbol, significa que tu reino se te conservará hasta que hayas reconocido que todo poder viene del Cielo.									
     
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									24
									 
									 
									|Daniel 4:24|
									Por eso, oh rey, acepta mi consejo: rompe tus pecados con obras de justicia y tus iniquidades con misericordia para con los pobres, para que tu ventura sea larga.»									
     
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									25
									 
									 
									|Daniel 4:25|
									Todo esto le sobrevino al rey Nabucodonosor.									
     
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									26
									 
									 
									|Daniel 4:26|
									Doce meses después, paseándose por la terraza del palacio real de Babilonia,									
     
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									27
									 
									 
									|Daniel 4:27|
									iba diciendo el rey: «¿No es ésta la gran Babilonia que yo he edificado como mi residencia real, con el poder de mi fuerza y para la gloria de mi majestad?»									
     
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									28
									 
									 
									|Daniel 4:28|
									Aún estaban estas palabras en la boca del rey, cuando una voz cayó del cielo: «¡A ti se te habla, rey Nabucodonosor! La realeza se te ha ido. 									
     
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									29
									 
									 
									|Daniel 4:29|
									De entre los hombres serás arrojado, con las bestias del campo morarás; hierba como los bueyes tendrás por comida, y siete tiempos pasarán por ti, hasta que reconozcas que el Altísimo domina sobre el reino de los hombres, y se lo da a quien le place.» 									
     
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									30
									 
									 
									|Daniel 4:30|
									Y al punto se cumplió la palabra en Nabucodonosor: fue arrojado de entre los hombres, se alimentó de hierba como los bueyes, su cuerpo fue bañado del rocío del cielo, hasta crecerle sus cabellos como plumas de águila y sus uñas como las de las aves.									
     
 
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