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									 Biblia de Jerusalén (1976) Biblia de Jerusalén (1976)
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									1
									 
									 
									|Daniel 4:1|
									Yo, Nabucodonosor, estaba tranquilo en mi casa, y satisfecho en mi palacio.									
     
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									2
									 
									 
									|Daniel 4:2|
									Y tuve un sueño que me aterrorizó. Las obsesiones que tuve en mi lecho y las visiones de mi cabeza me aterraron.									
     
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									3
									 
									 
									|Daniel 4:3|
									Entonces di orden de traer a mi presencia a todos los sabios de Babilonia para que me dieran a conocer la interpretación del sueño.									
     
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									4
									 
									 
									|Daniel 4:4|
									Vinieron los magos, adivinos, caldeos y astrólogos y, en su presencia, conté el sueño, pero su interpretación no me la dieron.									
     
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									5
									 
									 
									|Daniel 4:5|
									Después se presentó ante mí Daniel, por sobrenombre Beltsassar, según el nombre de mi dios, en quien reside el espíritu de los dioses santos. Yo le conté el sueño:									
     
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									6
									 
									 
									|Daniel 4:6|
									«Beltsassar, jefe de los magos, ya sé que tú posees el espíritu de los dioses santos y que ningún misterio ofrece para ti dificultad: mira el sueño que he tenido; dime su interpretación.									
     
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									7
									 
									 
									|Daniel 4:7|
									«En mi lecho, contemplaba las visiones de mi cabeza: «Un árbol había en el centro de la tierra, de altura muy grande. 									
     
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									8
									 
									 
									|Daniel 4:8|
									El árbol creció, se hizo corpulento, su altura llegaba hasta el cielo, su expansión, hasta los confines de la tierra. 									
     
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									9
									 
									 
									|Daniel 4:9|
									Era hermoso su ramaje, abundante su fruto; había en él comida para todos, a su sombra se cobijaban las bestias del campo, en sus ramas anidaban los pájaros del cielo, y toda carne se alimentaba de él. 									
     
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									10
									 
									 
									|Daniel 4:10|
									Yo contemplaba, en mi lecho, las visiones de mi cabeza. En esto, un Vigilante, un santo, bajaba del cielo. 									
     
 
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