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Biblia de Jerusalén (1976)
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4
|Habacuc 2:4|
«He aquí que sucumbe quien no tiene el alma recta, más el justo por su fidelidad vivirá.»
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5
|Habacuc 2:5|
¡Oh, ciertamente es traidora la riqueza! ¡Es hombre fatuo y no tendrá éxito el que ensancha como el seol sus fauces; como la muerte, él nunca se sacia, reúne para sí todas las naciones, acapara para sí los pueblos todos!
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6
|Habacuc 2:6|
¿No profetizarán todos éstos sobre él una sátira, adivinanzas y enigmas sobre él? Dirán: ¡Ay de quien amontona lo que no es suyo (¿hasta cuándo?) y se carga de prendas empeñadas!
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7
|Habacuc 2:7|
¿No se alzarán de repente tus acreedores, no se despertarán tus vejadores, y serás presa de ellos?
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8
|Habacuc 2:8|
Por haber saqueado a naciones numerosas, te saqueará a ti todo el resto de los pueblos, por la sangre del hombre y la violencia a la tierra, a la ciudad y a todos los que la habitan.
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9
|Habacuc 2:9|
¡Ay de quien gana ganancia inmoral para su casa, para poner su nido en alto y escapar a la garra del mal!
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10
|Habacuc 2:10|
¡Vergüenza para tu casa has sentenciado: al derribar a muchos pueblos, contra ti mismo pecas!
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11
|Habacuc 2:11|
Porque la piedra grita desde el muro, y la viga desde el maderamen le responde.
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12
|Habacuc 2:12|
¡Ay de quien edifica una ciudad con sangre, y funda un pueblo en la injusticia!
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13
|Habacuc 2:13|
¿No viene de Yahveh Sebaot que los pueblos se fatiguen para el fuego y las gentes se agoten para nada?
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Sugerencias
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