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Biblia de Jerusalén (1976) -
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|Jueces 3:22|
Detrás de la hoja entró incluso el mango, y la grasa se cerró sobre la hoja, pues Ehúd no le sacó el puñal del vientre. Luego escapó por la ventana.
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|Jueces 3:23|
Ehúd salió por el pórtico; había cerrado tras de sí las puertas de la galería y echado el cerrojo.
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|Jueces 3:24|
Después que se fue, llegaron los criados y vieron que las puertas de la galería tenían echado el cerrojo. Y se dijeron para sí: «Sin duda se está cubriendo los pies en el aposento de la galería fresca.»
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|Jueces 3:25|
Estuvieron esperando hasta quedar desconcertados, porque no acababan de abrirse las puertas de la galería. Cogieron la llave y abrieron. Su amo yacía en tierra, muerto.
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|Jueces 3:26|
Mientras esperaban, Ehúd había huido: había pasado los Ídolos y se había puesto a salvo en Hasseirá.
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|Jueces 3:27|
En cuanto llegó tocó el cuerno en la montaña de Efraím y los israelitas bajaron con él de la montaña. El se puso al frente de ellos,
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|Jueces 3:28|
y les dijo: «Seguidme, porque Yahveh ha entregado a Moab, vuestro enemigo, en vuestras manos.» Bajaron tras él, cortaron a Moab los vados del Jordán y no dejaron pasar a nadie.
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|Jueces 3:29|
Derrotaron en aquella ocasión a los de Moab; eran unos 10.000 hombres, todos fuertes y valientes, y no escapó ni uno.
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|Jueces 3:30|
Aquél día fue humillado Moab bajo la mano de Israel, y el país quedó tranquilo ochenta años.
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|Jueces 3:31|
Después de él vino Samgar, hijo de Anat. Derrotó a los filisteos, que eran seiscientos hombres, con una aguijada de bueyes; él también salvó a Israel.
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