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Biblia de Jerusalén (1976) -
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21
|Marcos 8:21|
Y continuó: «¿Aún no entendéis?»
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22
|Marcos 8:22|
Llegan a Betsaida. Le presentan un ciego y le suplican que le toque.
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23
|Marcos 8:23|
Tomando al ciego de la mano, le sacó fuera del pueblo, y habiéndole puesto saliva en los ojos, le impuso las manos y le preguntaba: «¿Ves algo?»
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24
|Marcos 8:24|
El, alzando la vista, dijo: «Veo a los hombres, pues los veo como árboles, pero que andan.»
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25
|Marcos 8:25|
Después, le volvió a poner las manos en los ojos y comenzó a ver perfectamente y quedó curado, de suerte que veía de lejos claramente todas las cosas.
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26
|Marcos 8:26|
Y le envió a su casa, diciéndole: «Ni siquiera entres en el pueblo.»
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27
|Marcos 8:27|
Salió Jesús con sus discípulos hacia los pueblos de Cesarea de Filipo, y por el camino hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que soy yo?»
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28
|Marcos 8:28|
Ellos le dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que uno de los profetas.»
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29
|Marcos 8:29|
Y él les preguntaba: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» Pedro le contesta: «Tú eres el Cristo.»
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30
|Marcos 8:30|
Y les mandó enérgicamente que a nadie hablaran acerca de él.
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Sugerencias
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