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Biblia de Jerusalén (1976) -
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|Marcos 12:36|
David mismo dijo, movido por el Espíritu Santo: = Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies. =
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|Marcos 12:37|
El mismo David le llama Señor; ¿cómo entonces puede ser hijo suyo?» La muchedumbre le oía con agrado.
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|Marcos 12:38|
Decía también en su instrucción: «Guardaos de los escribas, que gustan pasear con amplio ropaje, ser saludados en las plazas,
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|Marcos 12:39|
ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes;
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|Marcos 12:40|
y que devoran la hacienda de las viudas so capa de largas oraciones. Esos tendrán una sentencia más rigurosa.
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|Marcos 12:41|
Jesús se sentó frente al arca del Tesoro y miraba cómo echaba la gente monedas en el arca del Tesoro: muchos ricos echaban mucho.
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|Marcos 12:42|
Llegó también una viuda pobre y echó dos moneditas, o sea, una cuarta parte del as.
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|Marcos 12:43|
Entonces, llamando a sus discípulos, les dijo: «Os digo de verdad que esta viuda pobre ha echado más que todos los que echan en el arca del Tesoro.
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|Marcos 12:44|
Pues todos han echado de los que les sobraba, ésta, en cambio, ha echado de lo que necesitaba todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir.
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|Marcos 13:1|
Al salir del Templo, le dice uno de sus discípulos: «Maestro, mira qué piedras y qué construcciones.»
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Sugerencias
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