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									 Biblia de Jerusalén (1976) Biblia de Jerusalén (1976)
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									1
									 
									 
									|Malaquías 2:1|
									Y ahora, a vosotros esta orden, sacerdotes:									
     
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									2
									 
									 
									|Malaquías 2:2|
									Si no escucháis ni tomáis a pecho dar gloria a mi Nombre, dice Yahveh Sebaot, yo lanzaré sobre vosotros la maldición y maldeciré vuestra bendición; y hasta la he maldecido ya, porque ninguno de vosotros toma nada a pecho.									
     
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									3
									 
									 
									|Malaquías 2:3|
									He aquí que yo voy a romper vuestro brazo, os echaré estiércol a la cara, el estiércol de vuestras fiestas, y seréis aventados con él.									
     
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									4
									 
									 
									|Malaquías 2:4|
									Sabréis así que yo os dirigí esta orden para que subsistiera mi alianza con Leví, dice Yahveh Sebaot.									
     
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									5
									 
									 
									|Malaquías 2:5|
									Mi alianza era con él vida y paz, y se las concedí; era temor, y él me temía y ante mi Nombre guardaba reverencia.									
     
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									6
									 
									 
									|Malaquías 2:6|
									La Ley de verdad estaba en su boca, e iniquidad no se hallaba en sus labios; en paz y en rectitud caminaba conmigo, y a muchos recobró de la culpa.									
     
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									7
									 
									 
									|Malaquías 2:7|
									Pues los labios del sacerdote guardan la ciencia, y la Ley se busca en su boca; porque él es el mensajero de Yahveh Sebaot.									
     
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									8
									 
									 
									|Malaquías 2:8|
									Pero vosotros os habéis extraviado del camino, habéis hecho tropezar a muchos en la Ley, habéis corrompido la alianza de Leví, dice Yahveh Sebaot.									
     
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									9
									 
									 
									|Malaquías 2:9|
									Por eso yo también os he hecho despreciables y viles ante todo el pueblo, de la misma manera que vosotros no guardáis mis caminos y hacéis acepción de personas en la Ley.									
     
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									10
									 
									 
									|Malaquías 2:10|
									¿No tenemos todos nosotros un mismo Padre? ¿No nos ha creado el mismo Dios? ¿Por qué nos traicionamos los unos a los otros, profanando la alianza de nuestros padres?									
     
 
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				- Sugerencias 
 

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