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Biblia de Jerusalén (1976)
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1
|Tito 3:1|
Amonéstales que vivan sumisos a los magistrados y a las autoridades, que les obedezcan y estén prontos para toda obra buena;
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2
|Tito 3:2|
que no injurien a nadie, que no sean pendencieros sino apacibles, mostrando una perfecta mansedumbre con todos los hombres.
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3
|Tito 3:3|
Pues también nosotros fuimos en algún tiempo insensatos, desobedientes, descarriados, esclavos de toda suerte de pasiones y placeres, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles y aborreciéndonos unos a otros.
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4
|Tito 3:4|
Mas cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor a los hombres,
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5
|Tito 3:5|
él nos salvó, no por obras de justicia que hubiésemos hecho nosotros, sino según su misericordia, por medio del baño de regeneración y de renovación del Espíritu Santo,
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|Tito 3:6|
que derramó sobre nosotros con largueza por medio de Jesucristo nuestro Salvador,
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7
|Tito 3:7|
para que, justificados por su gracia, fuésemos constituidos herederos, en esperanza, de vida eterna.
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8
|Tito 3:8|
Es cierta esta afirmación, y quiero que en esto te mantengas firme, para que los que creen en Dios traten de sobresalir en la práctica de las buenas obras. Esto es bueno y provechoso para los hombres.
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9
|Tito 3:9|
Evita discusiones necias, genealogías, contiendas y disputas sobre la Ley, porque son inútiles y vanas.
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10
|Tito 3:10|
Al sectario, después de una y otra amonestación, rehúyele;
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Sugerencias
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