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Nueva Versión Internacional -
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|Neemias 4:8|
y acordaron atacar a Jerusalén y provocar disturbios en ella.
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|Neemias 4:9|
Oramos entonces a nuestro Dios y decidimos montar guardia dÃa y noche para defendernos de ellos.
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|Neemias 4:10|
Por su parte, la gente de Judá decÃa:
«Los cargadores desfallecen, pues son muchos los escombros; ¡no vamos a poder reconstruir esta muralla!»
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|Neemias 4:11|
Y nuestros enemigos maquinaban: «Les caeremos por sorpresa y los mataremos; asà haremos que la obra se suspenda».
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|Neemias 4:12|
Algunos de los judÃos que vivÃan cerca de ellos venÃan constantemente y nos advertÃan: «Los van a atacar por todos lados».
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|Neemias 4:13|
Asà que puse a la gente por familias, con sus espadas, arcos y lanzas, detrás de las murallas, en los lugares más vulnerables y desguarnecidos.
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|Neemias 4:14|
Luego de examinar la situación, me levanté y dije a los nobles y gobernantes, y al resto del pueblo: «¡No les tengan miedo! Acuérdense del Señor, que es grande y temible, y peleen por sus hermanos, por sus hijos e hijas, y por sus esposas y sus hogares».
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|Neemias 4:15|
Una vez que nuestros enemigos se dieron cuenta de que conocÃamos sus intenciones y de que Dios habÃa frustrado sus planes, todos regresamos a la muralla, cada uno a su trabajo.
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|Neemias 4:16|
A partir de aquel dÃa la mitad de mi gente trabajaba en la obra, mientras la otra mitad permanecÃa armada con lanzas, escudos, arcos y corazas. Los jefes estaban pendientes de toda la gente de Judá.
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|Neemias 4:17|
Tanto los que reconstruÃan la muralla como los que acarreaban los materiales no descuidaban ni la obra ni la defensa. 5
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