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									 Biblia de Jerusalén (1976) Biblia de Jerusalén (1976)
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									35
									 
									 
									|Deuteronomio 2:35|
									Tan sólo guardamos como botín el ganado y los despojos de las ciudades tomadas.									
     
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									36
									 
									 
									|Deuteronomio 2:36|
									Desde Aroer, al borde del valle del Arnón, y la ciudad que está en el valle, hasta Galaad, no hubo ciudad inaccesible para nosotros; Yahveh nuestro Dios nos las entregó todas.									
     
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									37
									 
									 
									|Deuteronomio 2:37|
									Únicamente respetaste el país de los ammonitas, toda la ribera del torrente Yabboq y las ciudades de la montaña, todo lo que Yahveh nuestro Dios había prohibido.									
     
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									1
									 
									 
									|Deuteronomio 3:1|
									Luego nos volvimos y subimos por el camino de Basán. Og, rey de Basán, salió a nuestro encuentro con todo su pueblo y nos presentó batalla en Edreí.									
     
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									2
									 
									 
									|Deuteronomio 3:2|
									Yahveh me dijo: «No le temas, porque yo le he entregado en tus manos con todo su pueblo y su país. Harás con él lo que hiciste son Sijón, el rey amorreo que habitaba en Jesbón.»									
     
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									3
									 
									 
									|Deuteronomio 3:3|
									Yahveh nuestro Dios entregó en nuestras manos también a Og, rey de Basán, con todo su pueblo. Le batimos hasta no dejarle ni un superviviente.									
     
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									4
									 
									 
									|Deuteronomio 3:4|
									Nos apoderamos entonces de todas sus ciudades; no hubo ciudad que no les tomáramos: sesenta ciudades, toda la confederación de Argob, reino de Og en Basán,									
     
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									5
									 
									 
									|Deuteronomio 3:5|
									plazas fuertes todas ellas, con altas murallas, puertas y cerrojos; sin contar las ciudades de los perizitas, en gran número.									
     
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									6
									 
									 
									|Deuteronomio 3:6|
									Las consagramos al anatema, como habíamos hecho con Sijón, rey de Jesbón: anatema a toda ciudad: hombres, mujeres y niños;									
     
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									7
									 
									 
									|Deuteronomio 3:7|
									aunque guardamos como botín todo el ganado y los despojos de estas ciudades.									
     
 
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