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Biblia de Jerusalén (1976)
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|Gálatas 3:11|
- Y que la ley no justifica a nadie ante Dios es cosa evidente, pues = el justo vivirá por la fe; =
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|Gálatas 3:12|
pero la ley no procede de la fe, sino que = quien practique sus preceptos, vivirá por ellos - =
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|Gálatas 3:13|
Cristo nos rescató de la maldición de la ley, haciéndose él mismo maldición por nosotros, pues dice la Escritura: = Maldito todo el que está colgado de un madero, =
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|Gálatas 3:14|
a fin de que llegara a los gentiles, en Cristo Jesús, la bendición de Abraham, y por la fe recibiéramos el Espíritu de la Promesa.
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|Gálatas 3:15|
Hermanos, voy a explicarme al modo humano: aun entre los hombres, nadie anula ni añade nada a un testamento hecho en regla.
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|Gálatas 3:16|
Pues bien, las promesas fueron dirigidas a Abraham = y a = su = descendencia. = No dice: «y a los descendientes», como si fueran muchos, sino a uno solo, = a tu descendencia, = es decir, a Cristo.
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|Gálatas 3:17|
Y digo yo: Un testamento ya hecho por Dios en debida forma, no puede ser anulado por la ley, que llega 430 años más tarde, de tal modo que la promesa quede anulada.
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|Gálatas 3:18|
Pues si la herencia dependiera de la ley, ya no procedería de la promesa, y sin embargo, Dios otorgó a Abraham su favor en forma de promesa.
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|Gálatas 3:19|
Entonces, ¿para qué la ley? Fue añadida en razón de las transgresiones hasta que llegase la descendencia, a quien iba destinada la promesa, ley que fue promulgada por los ángeles y con la intervención de un mediador.
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|Gálatas 3:20|
Ahora bien, cuando hay uno solo no hay mediador, y Dios es uno solo.
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Sugerencias
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