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Biblia de Jerusalén (1976) -
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28
|Génesis 31:28|
Ni siquiera me has permitido besar a mis hijos e hijas. O sea, que has obrado como un necio.
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29
|Génesis 31:29|
Hay poder en mi mano para hacerte mal: pero el Dios de tu padre me dijo ayer noche: “Guárdate de hablar a Jacob absolutamente nada, ni bueno ni malo.”
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30
|Génesis 31:30|
Así pues, tú te has marchado porque añorabas la casa paterna, pero ¿por qué robaste mis dioses?»
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31
|Génesis 31:31|
Respondió Jacob a Labán: «Es que tuve miedo, pensando que acaso ibas a quitarme a tus hijas.
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32
|Génesis 31:32|
Pero eso sí, que aquel a quien le encuentres tus dioses no quede con vida. Delante de nuestros hermanos reconoce lo tuyo que yo tenga y tómatelo.» En efecto, Jacob ignoraba que Raquel los había robado.
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33
|Génesis 31:33|
Entró Labán en la tienda de Jacob, en la de Lía y en la de las dos criadas, y no halló nada. Salió de la tienda de Lía, y entró en la de Raquel.
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34
|Génesis 31:34|
Pero Raquel había tomada los ídolos familiares y, poniéndolos en la albarda del camello, se había sentado encima. Labán registró toda la tienda sin hallar nada.
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35
|Génesis 31:35|
Ella dijo a su padre: «No le dé enojo a mi señor de que no pueda levantarme en tu presencia, porque estoy con las reglas.» El siguió rebuscando por toda la tienda sin dar con los ídolos.
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36
|Génesis 31:36|
Entonces Jacob, montando en cólera recriminó a Labán, y encarándose con él le dijo: «¿Cual es mi delito? ¿Cuál mi pecado, que me persigues con saña?
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37
|Génesis 31:37|
Al registrar todos mis enseres, ¿qué has hallado de todos los enseres de tu casa? Ponlo aquí, ante mis hermanos y los tuyos, y juzguen ellos entre nosotros dos.
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