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Biblia de Jerusalén (1976)
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|Lucas 12:11|
Cuando os lleven a las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de cómo o con qué os defenderéis, o qué diréis,
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12
|Lucas 12:12|
porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel mismo momento lo que conviene decir.»
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13
|Lucas 12:13|
Uno de la gente le dijo: «Maestro, di a mi hermano que reparta la herencia conmigo.»
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14
|Lucas 12:14|
El le respondió: «¡Hombre! ¿quién me ha constituido juez o repartidor entre vosotros?»
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|Lucas 12:15|
Y les dijo: «Mirad y guardaos de toda codicia, porque, aun en la abundancia, la vida de uno no está asegurada por sus bienes.»
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16
|Lucas 12:16|
Les dijo una parábola: «Los campos de cierto hombre rico dieron mucho fruto;
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|Lucas 12:17|
y pensaba entre sí, diciendo: “¿Qué haré, pues no tengo donde reunir mi cosecha?”
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18
|Lucas 12:18|
Y dijo: “Voy a hacer esto: Voy a demoler mis graneros, y edificaré otros más grandes y reuniré allí todo mi trigo y mis bienes,
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|Lucas 12:19|
y diré a mi alma: Alma, tienes muchos bienes en reserva para muchos años. Descansa, come, bebe, banquetea.”
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20
|Lucas 12:20|
Pero Dios le dijo: “¡Necio! Esta misma noche te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, ¿para quién serán?”
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Sugerencias
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