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Biblia de Jerusalén (1976) -
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1
|Lucas 7:1|
Cuando hubo acabado de dirigir todas estas palabras al pueblo, entró en Cafarnaúm.
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2
|Lucas 7:2|
Se encontraba mal y a punto de morir un siervo de un centurión, muy querido de éste.
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3
|Lucas 7:3|
Habiendo oído hablar de Jesús, envió donde él unos ancianos de los judíos, para rogarle que viniera y salvara a su siervo.
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4
|Lucas 7:4|
Estos, llegando donde Jesús, le suplicaban insistentemente diciendo: «Merece que se lo concedas,
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5
|Lucas 7:5|
porque ama a nuestro pueblo, y él mismo nos ha edificado la sinagoga.»
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6
|Lucas 7:6|
Iba Jesús con ellos y, estando ya no lejos de la casa, envió el centurión a unos amigos a decirle: «Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres bajo mi techo,
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7
|Lucas 7:7|
por eso ni siquiera me consideré digno de salir a tu encuentro. Mándalo de palabra, y quede sano mi criado.
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8
|Lucas 7:8|
Porque también yo, que soy un subalterno, tengo soldados a mis órdenes, y digo a éste: “Vete”, y va; y a otro: “Ven”, y viene; y a mi siervo: “Haz esto”, y lo hace.»
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9
|Lucas 7:9|
Al oír esto Jesús, quedó admirado de él, y volviéndose dijo a la muchedumbre que le seguía: «Os digo que ni en Israel he encontrado una fe tan grande.»
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10
|Lucas 7:10|
Cuando los enviados volvieron a la casa, hallaron al siervo sano.
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Sugerencias
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