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 Leer por capítulos:
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									 Biblia de Jerusalén (1976) Biblia de Jerusalén (1976)
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									1
									 
									 
									|Levítico 22:1|
									Habló Yahveh a Moisés y dijo:									
     
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									2
									 
									 
									|Levítico 22:2|
									Di a Aarón y a sus hijos que se abstengan de algunas ofrendas sagradas que los israelitas me consagran, para no profanar mi santo nombre. Yo, Yahveh.									
     
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									3
									 
									 
									|Levítico 22:3|
									Diles: Cualquier descendiente vuestro, en todas las generaciones, que, estando impuro, se acerque a las cosas sagradas que los israelitas consagran a Yahveh, ése será exterminado de mi presencia. Yo, Yahveh.									
     
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									4
									 
									 
									|Levítico 22:4|
									Ningún descendiente de Aarón, que sea leproso o padezca flujo comerá de las cosas sagradas hasta que se purifique. El que toque lo que es impuro por un cadáver, o el que haya tenido un derrame seminal,									
     
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									5
									 
									 
									|Levítico 22:5|
									o el que haya tocado un bicho que le ha hecho impuro o a un hombre que le ha hecho impuro con cualquier clase de impureza;									
     
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									6
									 
									 
									|Levítico 22:6|
									quien toque estas cosas, quedará impuro hasta la tarde, y no comerá de las cosas sagradas, sino que lavará su cuerpo con agua;									
     
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									7
									 
									 
									|Levítico 22:7|
									puesto el sol, quedará limpio y podrá luego comer de las cosas sagradas, pues son su alimento.									
     
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									8
									 
									 
									|Levítico 22:8|
									No comerá animal muerto o destrozado que le haga impuro. Yo, Yahveh.									
     
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									9
									 
									 
									|Levítico 22:9|
									Que guarden mis observancias, no sea que, cargados así de pecado, al profanarlas mueran por ello. Yo, Yahveh, el que los santifico.									
     
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									10
									 
									 
									|Levítico 22:10|
									Ningún laico comerá de las cosas sagradas; ningún huésped del sacerdote ni jornalero suyo comerá de las cosas sagradas.									
     
 
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