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Biblia de Jerusalén (1976) -
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|Levítico 27:21|
Ese campo, cuando quede libre en el jubileo, será consagrada a Yahveh como campo de anatema y será propiedad del sacerdote.
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22
|Levítico 27:22|
Si alguno consagra a Yahveh un campo que compró y que no forma parte de su propiedad,
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23
|Levítico 27:23|
el sacerdote calculará el importe de su valor hasta el año del jubileo; y él pagará ese mismo día la suma de la tasación como cosa sagrada de Yahveh.
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24
|Levítico 27:24|
El año del jubileo volverá el campo al vendedor, al que pertenece como propiedad de la tierra.
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25
|Levítico 27:25|
Toda tasación se hará en siclos del santuario; veinte óbolos equivalen a un siclo.
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26
|Levítico 27:26|
Nadie, sin embargo, podrá consagrar los primogénitos de su ganado que ya, por ser tales, pertenecen a Yahveh. Sean del ganado mayor o del menor, pertenecen a Yahveh.
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27
|Levítico 27:27|
Si se trata de un animal impuro, y lo quiere rescatar según la tasación, añadirá la quinta parte al precio; pero si no es rescatado, será vendido, conforme a la tasación.
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28
|Levítico 27:28|
Nada de lo que a uno pertenece - hombre, animal o campo de su propiedad - que haya sido consagrado a Yahveh con anatema podrá venderse ni rescatarse. Todo anatema es cosa sacratísima para Yahveh.
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29
|Levítico 27:29|
Ningún ser humano consagrado como anatema podrá ser rescatado; deberá morir.
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|Levítico 27:30|
El diezmo entero de la tierra, tanto de las semillas de la tierra como de los frutos de los árboles, es de Yahveh; es cosa sagrada de Yahveh.
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