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									 Biblia de Jerusalén (1976) Biblia de Jerusalén (1976)
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									11
									 
									 
									|2 Corintios 2:11|
									para que no seamos engañados por Satanás, pues no ignoramos sus propósitos.									
     
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									12
									 
									 
									|2 Corintios 2:12|
									Llegué, pues, a Tróada para predicar el Evangelio de Cristo, y aun cuando se me había abierto una gran puerta en el Señor,									
     
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									13
									 
									 
									|2 Corintios 2:13|
									mi espíritu no tuvo punto de reposo, pues no encontré a mi hermano Tito, y despidiéndome de ellos, salí para Macedonia.									
     
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									14
									 
									 
									|2 Corintios 2:14|
									¡Gracias sean dadas a Dios, que nos lleva siempre en su triunfo, en Cristo, y por nuestro medio difunde en todas partes el olor de su conocimiento!									
     
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									15
									 
									 
									|2 Corintios 2:15|
									Pues nosotros somos para Dios el buen olor de Cristo entre los que se salvan y entre los que se pierden:									
     
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									16
									 
									 
									|2 Corintios 2:16|
									para los unos, olor que de la muerte lleva a la muerte; para los otros, olor que de la vida lleva a la vida. Y ¿quién es capaz para esto?									
     
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									17
									 
									 
									|2 Corintios 2:17|
									Ciertamente no somos nosotros como la mayoría que negocian con la Palabra de Dios. ¡No!, antes bien, con sinceridad y como de parte de Dios y delante de Dios hablamos en Cristo.									
     
 
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				- Sugerencias 
 

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