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									 Biblia de Jerusalén (1976) Biblia de Jerusalén (1976)
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									25
									 
									 
									|Deuteronomio 32:25|
									Por fuera la espada sembrará orfandad, y dentro reinará el espanto. Caerán a la vez joven y doncella, niño de pecho y viejo encanecido. 									
     
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									26
									 
									 
									|Deuteronomio 32:26|
									He dicho: A polvo los reduciría, borraría su recuerdo de en medio de los hombres, 									
     
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									27
									 
									 
									|Deuteronomio 32:27|
									si no temiera azuzar el furor del enemigo, y que lo entiendan al revés sus adversarios, no sea que digan: «Nuestra mano prevalece, y no es Yahveh el que hace todo esto.» 									
     
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									28
									 
									 
									|Deuteronomio 32:28|
									Porque es gente de consejo obtuso, y no hay inteligencia en ellos. 									
     
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									29
									 
									 
									|Deuteronomio 32:29|
									Si fueran sabios, podrían entenderlo, sabrían vislumbrar su suerte última. 									
     
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									30
									 
									 
									|Deuteronomio 32:30|
									Pues, ¿cómo un solo hombre puede perseguir a mil, y dos poner en fuga a una miríada, sino porque su Roca se los ha vendido, porque Yahveh los ha entregado?									
     
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									31
									 
									 
									|Deuteronomio 32:31|
									Mas no es su roca como nuestra Roca, y nuestros enemigos son testigos. 									
     
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									32
									 
									 
									|Deuteronomio 32:32|
									Porque su viña es viña de Sodoma y de las plantaciones de Gomorra: uvas venenosas son sus uvas, racimos amargos sus racimos; 									
     
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									33
									 
									 
									|Deuteronomio 32:33|
									su vino, un veneno de serpiente, mortal ponzoña de áspid. 									
     
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									34
									 
									 
									|Deuteronomio 32:34|
									Pero él, ¿no está guardado junto a mí, sellado en mis tesoros? 									
     
 
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