- 
			
				- 
									 Biblia de Jerusalén (1976) Biblia de Jerusalén (1976)
- 
									  
 - 
									
									1
									 
									 
									|Eclesiastés 12:1|
									Acuérdate de tu Creador en tus días mozos, mientras no vengan los días malos, y se echen encima años en que dirás: «No me agradan»; 									
     
 - 
									
									2
									 
									 
									|Eclesiastés 12:2|
									mientras no se nublen el sol y la luz, la luna y las estrellas, y retornen las nubes tras la lluvia;									
     
 - 
									
									3
									 
									 
									|Eclesiastés 12:3|
									cuando tiemblen los guardas de palacio y se doblen los guerreros, se paren las moledoras, por quedar pocas, se queden a oscuras las que miran por las ventanas, 									
     
 - 
									
									4
									 
									 
									|Eclesiastés 12:4|
									y se cierren las puertas de la calle, ahogándose el son del molino; cundo uno se levante al canto del pájaro, y se enmudezcan todas las canciones. 									
     
 - 
									
									5
									 
									 
									|Eclesiastés 12:5|
									También la altura da recelo, y hay sustos en el camino, florece el almendro, está grávida la langosta, y pierde su sabor la alcaparra; y es que el hombre se va a su eterna morada, y circulan por la calle los del duelo; 									
     
 - 
									
									6
									 
									 
									|Eclesiastés 12:6|
									mientras no se quiebre la hebra de plata, se rompa la bolita de oro, se haga añicos el cántaro contra la fuente, se caiga la polea dentro del pozo, 									
     
 - 
									
									7
									 
									 
									|Eclesiastés 12:7|
									vuelva el polvo a la tierra, a lo que era, y el espíritu vuelva a Dios que es quien lo dio.									
     
 - 
									
									8
									 
									 
									|Eclesiastés 12:8|
									¡Vanidad de vanidades! - dice Cohélet -: ¡todo vanidad!									
     
 - 
									
									9
									 
									 
									|Eclesiastés 12:9|
									Cohélet, a más de ser un sabio, enseñó doctrina al pueblo. Ponderó e investigó, compuso muchos proverbios.									
     
 - 
									
									10
									 
									 
									|Eclesiastés 12:10|
									Cohélet trabajó mucho en inventar frases felices, y escribir bien sentencias verídicas.									
     
 
- 
									
- 
				- Sugerencias 
 

Haga clic para leer Juan 7-8