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									 Biblia de Jerusalén (1976) Biblia de Jerusalén (1976)
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									11
									 
									 
									|Eclesiastés 5:11|
									Dulce el sueño del obrero, coma poco o coma mucho; pero al rico la hartura no le deja dormir.									
     
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									12
									 
									 
									|Eclesiastés 5:12|
									Hay un grave mal que yo he visto bajo el sol: riqueza guardada para su dueño, y que solo sirve para su mal,									
     
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									13
									 
									 
									|Eclesiastés 5:13|
									pues las riquezas perecen en un mal negocio, y cuando engendra un hijo, nada queda ya en su mano.									
     
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									14
									 
									 
									|Eclesiastés 5:14|
									Como salió del vientre de su madre, desnudo volverá, como ha venido; y nada podrá sacar de sus fatigas que pueda llevar en la mano.									
     
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									15
									 
									 
									|Eclesiastés 5:15|
									También esto es grave mal: que tal como vino, se vaya; y ¿de qué le vale el fatigarse para el viento?									
     
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									16
									 
									 
									|Eclesiastés 5:16|
									Todos los días pasa en oscuridad, pena, fastidio, enfermedad y rabia. 									
     
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									17
									 
									 
									|Eclesiastés 5:17|
									Esto he experimentado: lo mejor para el hombre es comer, beber y disfrutar en todos sus fatigosos afanes bajo el sol, en los contados días de la vida que Dios le da; porque esta es su paga.									
     
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									18
									 
									 
									|Eclesiastés 5:18|
									Y además: cuando a cualquier hombre Dios da riquezas y tesoros, le deja disfrutar de ellos, tomar su paga y holgarse en medio de sus fatigas, esto es un don de Dios.									
     
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									19
									 
									 
									|Eclesiastés 5:19|
									Porque así no recuerda mucho los días de su vida, mientras Dios le llena de alegría el corazón.									
     
 
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				- Sugerencias 
 

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